El natto nos alarga la vida
Sabemos que te estarás preguntando, ¿Ya vamos con palabras raras de nuevos productos para mejorar la alimentación? El de hoy es un alimento milenario, con beneficios para prolongar la longevidad probados por la Universidad Nacional de Rosario y de procedencia oriental, que vale la pena conocer por sus efectos medicinales.
Si has tomado alguna vez sopa de miso, y conoces la importancia de los fermentados en la alimentación, entonces no te vayas. Porque este post es para ti.
Te hablamos del NATTO, de toda la información básica y sus grandes propiedades en apenas un minuto de lectura.
El natto es un fermentado elaborado a partir de habas de soja con fama milenaria y que nace en Japón, donde aún se toma para desayunar mezclado con arroz cocido. La soja se fermenta con las esporas del Bacillus Natto , que es el que da su nombre, y que confiere a las habas una textura muy pegajosa. En cuánto a su sabor, recuerda al que los quesos fermentados por largo tiempo.
Se sabe que un estudio realizado por un equipo de Universidad Nacional de Rosario ha podido probar que el natto prolonga la vida. El estudio se llevó a cabo con el gusano Caenorhabditis elegans, con el que los humanos tenemos en común las vías que regulan el envejecimiento. Y se estima que el comportamiento en nuestro organismo será el mismo.
Y lo más importante es que no solo incrementa los años de vida sino que potencia la vitalidad al activar nuestro sistema. El estudio científico revela que tomar natto de forma regular nos protege frente a infecciones, enfermedades degenerativas e incluso cáncer.
Tiene una enorme capacidad de regenerar la flora intestinal en pocos días, así que si hemos pasado por un proceso estomacal fuerte o tomado antibióticos, recurrir al natto para repoblar nuestros intestinos de flora favorable es una gran idea.
Cómo tomar el natto
Dado que tiene un sabor fuerte, es suficiente con utilizar una cucharada sopera para mejorar nuestros platos y tener presente el fermento en la dieta.
Varias recetas sencillas serían añadirlo a una sopa de verduras dulces (zanahoria, cebolla y puerro), tomarlo como los japoneses en nuestro plato de arroz, o utilizarlo para condimentar unas verduras variadas cocinadas al vapor o hervidas.